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Cáncer, Congreso, Congreso de los Diputados, enfermedad, Sanidad
Leo la noticia que me ha enviado mi compañera y diputada socialista por Almería, Gracia Fernández, relativa a la iniciativa que hemos firmado conjuntamente acerca del acceso a las prótesis capilares (en términos coloquiales, pelucas) para aquellos enfermos de cáncer en tratamiento con quimioterapia y que por bajos recursos económicos no puedan adquirirlas.
Y pienso que, además de los grandes temas legislativos y de gran enjundia que se discuten en la Cámara Alta y que inciden directamente en la ciudadanía, los diputados y diputadas tenemos la obligación de bajar a la arena y comprobar que, a veces, «nuestro mundo» no coincide con el de los ciudadanos para los que trabajamos.
Porque esta iniciativa -que a los ojos de los contables, pudiera parecer baladí- significa que podemos ayudar a mejorar la calidad de vida, la autoestima y la seguridad de aquellas personas que tienen escasos recursos económicos, que han sido muy perjudicados por la crisis y que, diagnosticados de Cáncer, sufren los efectos secundarios del tratamiento con quimioterapia.
Porque en realidad, ¿Para qué estamos?